Desde una temprana edad, los niños exhiben una notoria dosis de confianza en sí mismos, enfrentando desafíos y fracasos con una actitud resiliente. Esta autoconfianza innata es una característica distintiva de la niñez. No obstante, en el complejo mosaico del desarrollo infantil, la inteligencia emocional comprende un componente crucial. Para apreciar plenamente el alcance de la inteligencia emocional y su papel en el crecimiento de un niño, es esencial profundizar en su significado y comprender cómo afecta su desarrollo emocional y social a lo largo de la vida.
La inteligencia emocional, se basa en las habilidades emocionales que permiten identificar, comprender, regular y aplicar eficazmente las propias emocionales, así como reconocer y responder con empatía a las emocionales de los demás. En los últimos años, factores como el incremento de las tasas de divorcio, el impacto de la televisión y los medios de comunicación, la evolución del sistema educativo y las trasformaciones en las percepciones sobre el trabajo, han llevado a una disminución del tiempo que los padres pueden dedicar a la crianza de sus hijos. Este panorama plantea la cuestión fundamental de cómo criar a niños que sean capaces de desarrollarse de manera satisfactoria, manteniendo su bienestar, salud emocional y productividad en una sociedad en constante cambio, a la vez promoviendo a una inteligencia emocional.
El proceso de desarrollo de un niño implica una comprensión profunda de cómo los factores del entorno y el aprendizaje influyen en su crecimiento. Es esencial reconocer que no existe un modelo de paternidad o crianza perfecta, pero sí la noción de ser una madre/padre “sufrientemente bueno”. Este tipo de padre ofrece los conocimientos necesarios para el desarrollo tanto social como emocional de sus hijos, al tiempo que crea oportunidades para su crecimiento fuera del ámbito familiar. Además, se destaca la importancia de fomentar habilidades emocionales a menudo subestimadas, como la cooperación en el hogar. Esta práctica no solo puede reducir la presión académica que enfrentan los niños, sino que también les ayuda a gestionar la ira, mejorar sus relaciones con las figuras de autoridad, fortalecer la empatía hacia sus padres y cultivar una vida basada en el autocuidado. En un mundo de cambios constantes, estas estrategias de crianza son esenciales para criar a niños que prosperen y alcancen su máximo potencial.
En el proceso de crianza de los niños, se revela como crucial el estímulo de la automotivación. Fomentar esta habilidad desde temprana edad resulta fundamental para que los niños adquieran la capacidad de establecer metas, mantener una firme determinación y autorregular su comportamiento. Para cultivar la automotivación en los niños, se puede considerar los siguientes aspectos:
- Establecer metas realistas y alcanzables: les ayuda a identificar lo que desean lograr y visualizar el proceso que necesitan para llegar a lo que quieren.
- Persistencia: incluso cuando hay obstáculos y desafíos
- Autorregulación: Le da poder de controlar sus impulsos, mantener enfoque y tomar decisiones.
- Confianza en sí mismos
- Responsabilidad: Asumir responsabilidad de sus acciones y elecciones, reconociendo sus esfuerzos
- Apoyo y guía: Red de apoyo, alguien que aliente a los hijos en asumir las responsabilidades

En resumen, la inteligencia emocional en los niños desempeña un papel fundamental en su desarrollo emocional y social. En un mucho en constante cambio los padres se enfrentan a desafíos en la crianza de sus hijos. Aunque no existe un modelo de paternidad perfecta implica proporcionar fundamentos para desarrollar y fomentar habilidades emocionales, como la cooperación, formar de afrontamiento, empatía, autocuidado y automotivación. En conjunto, estos elementos contribuyen a criar a niños que no solo prosperan en un entorno en constante cambio, sino que también desarrollan las habilidades necesarias para alcanzar su máximo potencial en la vida.
Shapiro, L., Tiscornia, A. (1997). La inteligencia emocional de los niños. Madrid: Grupo zeta. https://rb.gy/3q5f3
Domínguez, B. (2013). Inteligencia emocional en niños. Doctoral dissertation, Tesis pregrado. Universidad Autónoma del Estado de México. Toluca, México. https://rb.gy/u1e7z