La salud mental también importa

Las personas muchas veces se olvidan de cuidar su salud mental, por lo general cuando sienten malestar físico acuden a un médico especialista e inician tratamientos farmacológicos, chequeos constantes, etc., pero, se olvidan la importancia de cuidar la salud mental y bienestar emocional; esto puede ser causa de las ideas o creencias que tienen las personas frente a la terapia psicológica, limitándose a asistir a un profesional del área.

La salud mental es importante por el simple hecho que interfiere en la vida cotidiana, en la toma de decisiones, en la capacidad de resolver problemas, obstruye las relaciones sociales, familiares; así como puede estar relacionado con el desenvolvimiento en el área laboral o académica. Sin embargo, las creencias sociales sobre asistir a un psicólogo generan que las personas consideren que pueden resolver sus conflictos emocionales por sí solos. Es importante recalcar que el presente blog no pretende desvirtuar a las personas que luchan diariamente con ellas mismas para salir adelante y tampoco pretende hacer que las personas consideren que todo problema amerita de la ayuda de un psicólogo; así como no todo malestar físico amerita de un médico, hay circunstancias que si podemos sobrellevar la situación, la importancia es entender cuando ya perdemos el control de una situación en específico, o simplemente necesitamos de una visión externa y ajena a nosotros para lograr comprender las mismas.

Aunque no lo crean muchas preocupaciones se ven reflejadas con malestares físicos como dolores de cabeza, vómitos, náuseas, problemas gastrointestinales, etc., y a pesar de hacernos revisar no existe una razón orgánica que explique ciertas molestias, incrementando el estrés psicosocial (Guzman, 2011). Las personas van buscando una explicación a esto y no logran entender que todo es causado por dificultades emocionales, más no porque exista necesariamente alguna enfermedad física de por medio.

Hay muchas creencias sociales que impiden a las personas buscar ayuda de un psicólogo, piensan que los psicólogos solo trabajan con personas que tienen problemas mentales severos. ¿Se les hace conocida la frase: “Al psicólogo solo van los locos”? esta frase ha tenido mucha relevancia en personas que requieren y buscan ayuda, pero no lo hacen porque consideran que no están “locos”, siendo este un limitante a que las personas busquen ayuda psicológica.

Otra idea equivocada sobre la parte emocional es creer que los conflictos emocionales se resuelven con el tiempo, que las personas más fuertes o valientes son las que salen de estos conflictos solas sin ayuda de nadie. Pero ¿se han puesto a pensar si realmente estas personas resolvieron estos problemas? o quizás solo los evitaron y no pasaron por un proceso de duelo y aceptación frente estas situaciones. Es necesario tener un proceso interno para entender a fondo cada evento, las personas deben darse el tiempo de sentir la emoción, lo correcto no es evitar las emociones sino sentirlas y entenderlas para luego aceptarlas (Mebrak, Castro, Salamanca, & Quintero, 2009). Cuando se cumple este proceso se puede hablar de una verdadera superación a una circunstancia desagradable.

No necesariamente debe existir algún evento en específico para ir a un psicólogo, a veces las personas presentan dificultades o confusión en un momento de su vida y necesitan un espacio y poder expresarse sin recibir juicios de valor o dogmatismo, necesitan una visión externa a lo que les está pasando, quizás un punto de vista objetivo y profesional; es importante recalcar que el psicólogo no es una persona que da consejos o dice qué hacer, qué pensar o cómo sentirse.

El psicólogo es un profesional que brindará herramientas para que las personas puedan comprender y gestionar sus propias emociones, pensamientos y conductas. Al igual que los médicos, los psiólogos llevaron años de estudio para poder comprender la mente humana y mediante estrategias saber cómo mejorar la salud mental.

Para que el trabajo del psicólogo funcione y exista una buena relación terapéutica es necesario que la persona vaya porque ha tomado la decisión de recibir ayuda del profesional; hay circunstancias en donde las personas van obligadas a psicoterapia, siendo este un impedimento para avanzar adecuadamente en un tratamiento psicológico y probablemente sea solo una pérdida de tiempo y de dinero.

Otro factor importante para tomar en cuenta es el profesionalismo de la persona, un buen psicólogo entiende sus competencias, es decir conoce con qué población puede trabajar y con cual es mejor referir a otro profesional. No se puede trabajar con todas las patologías o situaciones de las personas. Es decir, no todos los psicólogos pueden trabajar con problemas alimenticios, no todos los psicólogos pueden trabajar con niños, etc.

Lamentablemente desde hace un tiempo hay personas que no tienen un título de tercer o cuarto nivel y engañan a los pacientes haciéndoles creer que sí y que tienen los mismos conocimientos que un psicólogo clínico, pero no se pueden comparar años de estudio y especialización con cursos que duraron pocos meses. No se pretende decir que esos cursos no sirven, de hecho, se consideran buenos para profundizar ciertos aprendizajes, pero no es justo que una persona que realmente necesita ayuda sea engañada y no reciba la atención necesaria ¿no creen? Estos son factores que las personas deben tomar en cuenta cuando estén en busca de un profesional de la salud mental.

En conclusión, las personas deben entender que cuidar la salud mental tiene la misma importancia que cuidar nuestra salud física. Ir al psicólogo ayudará a mantener una salud mental adecuada, a entender conflictos internos o superar circunstancias específicas, que, mediante los estudios y conocimientos de un profesional las personas mejorarán su estilo de vida. No solo teniendo una adecuada salud física sino también bienestar emocional. La terapia psicológica ayuda a que las personas se conozcan aún más y aprendan a ser resilientes frente diferentes adversidades.

Guzman, R. (2011). Trastorno por somatización: Su abordaje en Atención Primaria. Revista Clínica de Medicina de Familia, 234-243. Obtenido de Revista Clínica de Medicina Familiar: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1699-695X2011000300009

Illescas, S. R. (2008). Modelo del Triple Riesgo. Barcelona: REIC.

Mebrak, M., Castro, A. d., Salamanca, M. d., & Quintero, M. F. (2009). Mental health: an appoach from the current perspective of health psychology. Colombia: Universidad del Norte.

National Alliance on Mental Illness. (2021). Mental health by the numbers. https://www.nami.org/mhstats